INCREIBLES

msc

Cosas para sonreir.




Queridos abuelos, os escribo esto para deciros todo lo que siento. Todo lo que a veces no sale decir cuando quieres decirlo.
En primer lugar, me encantaría que supierais que soy las dos personas que más admiro. Me siento muy afortunada al teneros. No podéis imaginaros cuanto.Cada día me regaláis vuestra experiencia, vuestro cariño infinito, vuestras sonrisas aunque todo vaya mal. 
Sois el ejemplo que quiero seguir en mi vida, y estoy segura de que no me arrepentiré nunca de esa decisión. Porque los dos sois perfectos, y más cuando estáis juntos.
Ver vuestras miradas de complicidad, vuestras peleas por quitarle trabajo al otro, vuestras preocupaciones cuando un problema llega, a mi me produce satisfacción. Y me hace sentirme orgullosa de quién vengo, de mi familia. Porque a mi nadie jamás me podrá decir algo malo de mis abuelos, porque es imposible. 
Porque como dice mi abuela, las cosas buenas se guardan en tarros pequeños, y ella es pequeña. Es entrañable, con sus pequeños pies y sus ojillos grises que te miran, después de haber sufrido mucho. Ella es pequeña, pero pequeña por fuera, porque en su interior tiene de todo, ella es como un escaparate de todas las virtudes que puedes desear. Ella que es capaz de preparar las cosas más suculentas para siete o para setenta. Ella que te entiende, te da consejos, te habla de sus historias. Te hace reir, llorar, te cuenta su infancia, su madurez. Que tiene un corazón que no le cabe, porque siempre ha guardado todas sus lágrimas ahí para no preocupar. Ella que le quita importancia a todo, que te ayuda con tus problemas. Que te entiende con una mirada, te abraza y te dice que las cosas no duran siempre. Mi abuela, esa persona que es única, porque siempre ha ejercido de dos, siempre ha aguantado los chaparrones, siempre ha mantenido a todo su alrededor en perfecta armonía. Ella que aunque se cae, se levanta y sonríe y te pregunta si necesitas algo. Mi abuela, mi abuela, mi abuela. Ella que ha pasado por todo en la vida, por malos y buenos momentos. A ella, que le encanta la Navidad, la cocina y su familia . A ella, a la que tantísimo le tengo que agradecer, por que en parte, soy como soy gracias a ella. Mi abuela, la mujer que día a día me enseña que querer es de valientes.
Mi abuela, que va acompañada de un gran hombre.
Él. Realmente de mi abuelo podría decir bien poco porque todas las cualidades se resumen en su nombre. Es la típica persona que con mirarte ya te cae bien. Que te relaja con su mirada, que sin decir nada te hace saber todo. Que te compra pistolines y te los da cuando sales agotada del colegio. Es la persona que mira a mi abuela como si tuviera veinte años. Que sigue enamorado de ella como el primer día y que sigue viéndola tan perfecta como el día que se casaron. Él es la persona que sabe perfectamente cuando te pasa algo. Que va una hora antes a recogerte por si necesitas algo. Es la persona que esta a la sombra, y emite luz propia. Es la persona que se calla sus preocupaciones frunce el ceño y vuelve a sonreír. Él, que cuida de todos, día a día, que mira a sus hijas como cuando eran pequeñas. Él que asume parte de la carga de su mujer y consigue sacarle sonrisas. Mi abuelo, que siempre ha sido y será la mejor persona que pueda conocer. Él al que quiere todo el mundo. Él que podría mover masas solo con sus pistolas de palillos. Él que me ha regalado la infancia más bonita que una niña puede desear. Él que me ha regalado muchas horas de su vida todos los días, que me ha ayudado con mis trabajos del colegio. Él que siempre tiene algo en su coche que es práctico para lo que lo necesitas. Mi abuelo. Antonio. Antonio, ese hombre que tiene la vitalidad de un chaval, que tiene una risa preciosa. Mi abuelo. Mis abuelos, esos que yo llamo pilares, consejeros, estrellas. Esos que día a día, se han ganado mi corazón. Que son las personas más importantes en mi mundo. 
Firmado, Raquel.